Con muy buena disposición comencé la clase, lo que diría la profe yo probablemente lo iba a hacer ya que no tengo vergüenza, menos si se trata de bailar. Al momento que sonó la música comenzamos a caminar, lento, despacio, para atrás, para adelante, etc, luego nos juntábamos con nuestros compañeros y nos saludábamos de distintas formas y con distintas cercanías, allí comencé a notar un grado de incomodes en algunos de mis compañeros ya que el tema de tocarse mucho, mostrar algo de afecto o de mirar a los ojos es complejo para algunos así que si me tocaba con un compañero que se sentía así de incómodo yo trataba de mostrarle confianza o solo hacerlo reír para que se relajara un poco. Todo lo que estábamos haciendo en la clase yo ya lo había estado trabajando en Biodanza, un CFG que realizo todos los lunes y que yo lo considero una excelente terapia. Más adelante les contaré más sobre esto y de cómo la biodanza ha actuado sobre mí.
A lo largo de la clase habíamos transmitido diversas emociones, habíamos trabajado una conexión especial con nuestros compañeros, sin embargo la clase en un 100% satisfactoria para mi, no por el hecho de que era mala la clase, sino porque yo iba con muchas ganas de bailar por lo que iba con expectativas muy altas, que lamentablemente no se cumplieron.
En la última etapa de clase nos separamos en distintos grupos y nuestros cuerpos dejaron de ser los protagonistas, desde ahora toda la atención se dirigió a nuestras manos.
Hubo un largo tiempo en que estuvimos tomados de las manos, transpasándonos distintos sentimientos y la mejor parte fue cuando nos entregábamos cariño, porque pese a que no nos conocemos durante tanto tiempo y aunque unas personas no son tan de piel se logró un momento super especial entre los 6 donde no solo nuestras manos estaban conectadas, sino que nuestro nuestro cuerpo, mente y corazón también lo estaban. Claramente nos costó llegar a esta conexión ya que nos reíamos mucho al principio.
Para finalizar la clase todos los grupos tuvimos que realizar una especie de coreografía sólo con nuestras manos, nos costó un poco ponernos de acuerdo, queríamos hacer muchas cosas y teníamos un súper poco tiempo, sin embargo igualmente pudimos mostrar algo que a todos nos gustara.
Pese a que mis expectativas (un poco exigentes tal vez) no se cumplieron, la clase de todos modos fue de mi agrado. Ahora queda esperar la segunda parte de la clase de movimiento y yo seguiré ansiando que bailemos más. Cuídense, un abrazo afectuoso.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario