lunes, 18 de julio de 2016

No hay primera sin segunda!

Hola queridos lectores, como ya les he venido contando, comenzamos con las clases de teatro y como no hay primera sin segunda en esta ocasión les contaré como estuvo la siguiente clase. Nuevamente nos acompañó Nino y la clase comenzó con los ejercicios de calentamiento y relajación. Esta vez estos ejercicios duraron menos que la semana pasada porque contábamos con menos tiempo, así que ingresamos al auditorio para ver la actividad pendiente que tenía el grupo , la cual consistía en improvisar una reunión de apoderados donde la profesora citaba a los papás porque un alumno había escrito en la pizarra "Pico pa' la profe" . Fue una actividad muy buena y graciosa, ya que no fue una situación de mucha ficción sino una que realmente puede darse y eso hizo que me diera cuenta que uno se ríe más de las cosas cuando se asemejan más a la realidad.
Al terminar esta actividad, se le dió el paso al  grupo 2 para entrar en escena.Yo, al igual que en la clase pasada estaba feliz por estar de espectadora y porque ya la otra semana me iba a tocar actuar. Comenzaron con una improvisación a cerca de una fiesta que le preparaba un chico a su ex polola y lo interesante de esto es que en la fiesta estaba la vecina y también amante del muchacho.
El trabajo que hacían mis compañeros era muy bueno, era grato verlos haciendo otro tipo de cosas o mostrando una nueva faceta y sobre todo si lo hacen tan bien. Luego, pasaron a la segunda actividad, la cual consistía en que  imaginaban que estaban en la cima del Cerro San Cristobal  y allí  debían gritar cualquier cosa y a quien o quienes ellos quisieran, una especie de desahogo a lo"Qué pena tu vida" .La idea de esto, más que actuar o improvisar algo, creo que sirvió para que mis compañeros realmente sacarán las voz y expresaran lo que en verdad sentían. Muchas veces nos guardamos las cosas porque creemos que es lo mejor, pero no pensamos que tanto guardar sentimientos, acumulamos y acumulamos hasta el punto de explotar y al final no empeora. Igual era una situación difícil para los chiquillos, porque claramente era algo más íntimo y no todos están preparados para llegar y gritar algo que sienten. Noté a muchos incómodos pero era entendible ni yo ahí sentada se me ocurría qué podía decir.
La mayoría de las descargas se referían a las malas notas y/o malos momentos vividos en la U. Pesé a lo cómico que se daban las situaciones a veces, fue una instancia para seguir conociendo a nuestros compañeros, nos sirvió para saber qué cosas los acomplejaban y para ver si podemos ayudarlos.
Bueno lectores, está fue la segunda clase de drama que sin duda, fue muy buena al igual que la anterior.  En la próxima entrada ya no les hablaré de mi experiencia como una espectadora de teatro sino que como una participante de él. Esta clase terminó con un desafío para mí y el grupo 3, pero los dejaré con la duda y lo sabrán cuando les vuelva a escribir. Nos vemos :D




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